Durante el Vía Crucis celebrado en la Semana Santa del año 1950 el martes Santo, en el que participaban todos los miembros de la Junta de cofradías y llegados a la estación en que el redentor muere en la cruz, comienza su andadura la cofradía del Santo Cristo del Perdón. Tiene este emotivo momento dos elementos que queremos señalar. El primero es el lugar donde ocurre este hecho: en los umbrales del convento de las Madres Agustinas, cuya devoción por la Virgen de las Angustias, o también de la Piedad, recordada juntamente con la imagen del Cristo crucificado que preside todo el año su coro conventual y que en otro tiempo había salido en procesión por las calles de Lugo. Era este Año Santo de 1950, el “Año del Perdón”, el que vería nacer a esta cofradía en la que cristalizaría la antigua tradición rural del rezo de los calvarios con las devociones conventuales de raigambre urbana del Vía Crucis.
Fue nombrado primer consiliario de la cofradía el P. Ferro Martínez, persona a la que debe tanto la Semana Santa lucense, y presidente de la hermandad D. Raimundo Pillado Díaz. Desde un principio tomará a su cargo la organización del Vía Crucis penitencial del martes santo y el Sermón de las Siete Palabras, así como la asistencia a la procesión general del viernes Santo.
Desfila por primera vez por las calles de Lugo en la Semana Santa de 1951 utilizando la antigua imagen del crucificado existente en el convento de las Agustinas de Santo Domingo y la carroza que el ejército del aire tenía en Rozas, que ya había sido utilizada por parte de la hermandad del Desenclavo. Será precisamente en este año y en concreto el 3 de septiembre de 1951 cuando la cofradía acepte la siguiente denominación: COFRADÍA DEL SANTO CRISTO DEL PERDÓN Y NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD. Todo se precipita este año pues el 11 de noviembre de 1951 se muestra la traza que el Sr Otero, de Viveiro, ha hecho para una carroza de madera de castaño y nogal, carroza cuyo importe ascenderá a la cantidad de 16.000 pesetas. Al año siguiente se presentan al prelado los estatutos de la hermandad que con fecha 21 de febrero de 1952 serán leídos y estudiados. También se presentan en estas fechas diversos diseños de la vestimenta de los cofrades e incluso se presenta el modelo vexicológico de la cofradía consistente en un estandarte con el lema IN CRUCES SALUS que será bordado por las Madres Concepcionistas de Viveiro en el año 1956.
El miércoles Santo del año 1952 se estrena la nueva carroza, portando la antigua talla del Cristo Crucificado que será sustituido por otro, tallado por el escultor de Santiago de Compostela D. José Aldrey. Esta imagen representa a un Cristo Crucificado de 1:70 m de altura cuyas trazas son tan logradas que sobrecogen al paso del conjunto en la noche del miércoles santo. El día 30 de marzo de 1953, a las 7:30 de la tarde, es bendecida la nueva imagen que el 2 de abril, miércoles santo, saldrá por las calles de Lugo por vez primera escoltada por miembros de la 240 Comandancia de la Guardia Civil de Lugo.
En 1954 se piensa añadir al desfile procesional una imagen de la Virgen María, que es encargada también al escultor Sr. Aldrey. Esta imagen es bendecida el día 26 de abril de 1954. Se elige para el momento una representación de Ntra. Sra. de la Piedad, en actitud propia de la también llamada de las “Angustias” y que en Lugo ha tenido de siempre especial devoción por ser una de las imágenes titulares de la orden Agustina y asimismo es titular de la parroquia de Santa María de Guimarey en el ayuntamiento de Friol, donde existe un hermoso santuario que tuvo en tiempos pasados sonada romería. Después de la reforma litúrgica de la Semana Santa (1955) quedando el Sábado Santo sin los llamados Oficios Matutinos, por traslado de la Vigilia Pascual a la noche del Sábado al Domingo, se ideó un Vía Crucis en que tomaba parte solamente este paso procesional, realizándose este acto a las ocho de la mañana en la Plaza Mayor.
En la Semana Santa de 1956 se estrenará el estandarte, confeccionado en hilos de oro por las Madres Concepcionistas de Viveiro y con varales hechos por el joyero lucense Sr Regüela.
Los cofrades visten hábito negro con capuchón rojo figurando en el pectoral el emblema de la cofradía, cruz con paño cruzado, todo bordado y ribeteado en rojo. Se ciñen con cordón franciscano y usan guantes negros. Llevan varales de madera con cantoneras y cruces de metal cromado que causan un especial ruido al avanzar los pasos procesionales.
Se organiza la procesión que sale el Miércoles Santo con los cofrades en dos filas flanqueando las dos carrozas con sus respectivos grupos escultóricos. A la cabeza marcha el hermoso estandarte de la hermandad. Sale de la Catedral por la Plaza de Pío XII, y recorre la calle de la Catedral, Pza. de Santa María, Pza. Alférez Provisional, Pza. Maior, calle Reina -donde se rezan las siete primeras estaciones del Vía Crucis-, Pza. Santo Domingo haciendo estación delante del convento de las Agustinas, para volver por el mismo camino a la Calle de la Reina donde se realiza el rezo de las estaciones restantes para regresar, por el camino descrito con anterioridad, a la Catedral. Acompañan estos pasos también al Santo Entierro en la procesión del Viernes Santo.
José Manuel Abel Expósito.